Amelia Rose

Amelia Rose

martes, 1 de abril de 2014

Capitulo 43


-Y siempre lo diré- quitó su brazo y se dirigió a la bodega
-Que mala eres conmigo- dijo caminando
-Tú te lo buscas-respondió indiferente
-Pero ¿Qué te hice para que me trates así?-
-Pues! Ehhh…- no sabía cómo responder
-Como lo pensaba no tienes respuesta-
-Ya olvídalo- dijo abriendo la puerta de la bodega
-¡No!- acorraló a la echidna, entro a la bodega y cerró la puerta-¡Me vas a contestar aquí y ahora!
Ella trago saliva-Zack no estoy para juegos, abre la puerta-ella estaba nerviosa
-Respóndeme- se acercó a ella
-N-no te acerques- cada vez se ponía más nerviosa, el tamaño de la bodega no la ayudaba mucho ya que era más pequeña que un ascensor
-¿Qué te hice?- la miró a los ojos
-Yo…-ella desvió la mirada, no soportaba verlo a los ojos
El dio un suspiro y se alejó de ella…
-Bueno no importa- abrió la puerta de la bodega y salió
*¿Por qué Zack, por qué me preguntas eso? ¿Por qué ahora?*
-¿Tikal y las cosas?- pregunté al ver a la echidna venir
-¡Ah! , las cosas, pues no las encontré- dijo con una leve sonrisa
-Bueno iré a buscarlas yo –dijo María
-Yo te acompaño- el león corrió tras de ella
-¿Y Zack?-  preguntó Elías
-¿No está aquí?-
-Pues no, se fue contigo y no a regresado-
*Qué extraño*- pensó la echidna-*no creo que se haya enojado porque no le respondí o ¿sí?*
-¿Pasó algo?- dije preocupada
-¿Qué?, no nada que ver –sonrió
-Bueno entonces ya aparecerá- sonreí
María y Dylan trajeron las cajas que contenían los materiales y empezamos a trabajar.
Pasó una hora y el erizo no aparecía, y cierta chica estaba hecha un manojo de nervios…
-Saben mejor iré a buscarlo- dijo Tikal
-Si claro, imagino que estas muy preocupada ¿no?-bromeó Dylan
-Claro que no, es solo que no es justo que el este vagando por ahí y nosotros aquí trabajando-
-Bien, entonces ve-sonrió
-Me pregunto cuándo se dará cuenta de lo que siente por él- comentó María viendo como ella se iba corriendo
-Si yo también digo lo mismo- agregó Elías
-Si…-pronunciamos todos al mismo tiempo
Así es…, todos nos habíamos dado cuenta de que ellos se gustan y la única que faltaba darse cuenta era Tikal.
Unos momentos después ella apareció, exhausta, de tanto correr.
-Ch-chicos, no lo pude en-encontrar-dijo entre suspiros
-¿A quién?- escuchó detrás suyo, cosa que hizo que ella pegara un grito
-¡Zack!
-El mismo- sonrió
-¿Dónde estabas?- preguntó rápidamente
-Pues fui a comprar una gaseosa-  respondió extrañado
-Ah…pues, bien –
Fue cuando la echidna se dio cuenta que nosotros los mirábamos
-¿Qué-que están esperando? Tenemos que terminar- se puso nerviosa
Otra vez retomamos nuestros deberes e ignoramos lo que acabamos de ver
-¡Zack ayúdame con esto!- gritó Dylan
-Si voy- corrió al llamado de su amigo
Se alejaron un poco de resto
-Se lo dijiste ¿no?-
-Eh…pues no pude-
-¿Por qué?, déjame recordarte que tú eras el interesado en decírselo -
-Pude hablar un poco con ella, pero creo que ella no siente lo mismo
-Si no arriesgas, no ganas, así de simple-
Y se alejó dejando al erizo pensando en aquellas palabras.
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